Mie, 7 Abril 2021
A los 13 años mi hermana mayor, me da la oportunidad de vivir en lima, la condición era que yo cuidara a sus hijas para ella asumir los gastos de comida, colegio y casa, una niña cuidando a 2 niñas (claro yo me sentÃa grande). En el colegio vendÃa Productos de catálogo,pero obviamente estaba prohibido, era la distracción de la clase y sobre todo si alguien no me querÃa pagar ¡¡ ay!! pobre de ellos, los perseguÃa hasta en sus sueños. Junte S/.5000 soles, para apenas terminar el colegio poder mudarme con mi otra hermana (Yeni), pero con lo que no contaba era perder la plata el dÃa de la mudanza, asà que a partir de eso Yeni me ayudó a costear mis gastos, 1 año después empecé a trabajar como anfitriona de eventos, nunca habÃa odiado algo más que estar parada por horas en tacos, me aburrÃa infinitamente y sabÃa que eso no era para mÃ, asà que decidà emprender en un negocio de bikinis con una amiga, fue regularmente bien, pero un dÃa me di cuenta que me habÃa quitado la administración de las páginas y sin más ni menos se quedó con la marca, una vez más empecé de 0 con otra marca.
A los 19 años mi herma me consiguió una entrevista en una empresa de seguros, no me querÃan contratar por polÃticas de edad, pedÃan como requisito mÃnimo 25 años, por la responsabilidad que implicaba el cargo y el tipo de negocio (venta de seguros de vida) ante tanta insistencia pasé la entrevista y decidieron contratarme por 3 meses con el aval del gerente comercial de ese momento, pasaron 3 meses y luego 4 años, conocà 22 paÃses y me compré el carro que querÃa a los 21 años, me iba increÃble, amaba la empresa, pero aún asà sabÃa que querÃa algo más. Un dÃa una amiga me propone ingresar a una inmobiliaria conocida (no tenÃa idea de que se trataba) pero bueno, llevé las capacitaciones y poco a poco fui enamorándome del negocio, habÃa mucha adrenalina, altos y bajos, risas y llantos de frustración, eso era lo mÃo.
1 año después (enero 2019) decidà salir de la inmobiliaria para intentar como independiente, me iba increÃble cada vez con una cartera de clientes más grande, no paraba ni un segundo, hasta que llegó la pandemia y empezamos con la cuarentena de 15 dÃas, para mi esos primero 15 dÃas fue un descanso, porque sentÃa que el mundo se habÃa detenido y yo también podÃa hacerlo sin sentir que la vida se me iba si paraba un dÃa, con la ampliación de la cuarentena me tomé el tiempo de pensar, hasta que me levante una noche y empecé a escribir en mi block de notas como me gustarÃa dirigir mi empresa, como profesionalizar este negocio tan valioso, con quienes me gustarÃa trabajar, las capacitaciones, el merchandising, etc. Todo se veÃa muy lejano. En junio del 2020 nuevamente empecé a cerrar operaciones, la rueda del negocio empezó a repuntar, todos necesitaban mudarse a departamentos más grandes, otros a más chicos y económicos, los contratos habÃan terminado, etc.
En de agosto le conté a una amiga mis planes, y al final de la conversación termino siendo mi primera agente. Con ella empezamos a cerrar tantas operaciones que mi depa, el que usaba como oficina, terminó quedando chico. Mas personas querÃan trabajar conmigo. Asà que mis planes a largo plazo de poner una oficina, tuvieron que adelantarse, asi se abrió oficialmente
AC Gestión Inmobiliaria, sin pensarlo mucho, sin sacar tantos números, solo sabÃa que si juntaba a personas afines a mà y con muchas ganas de comerse al mundo. Esto funcionarÃa. Y asà fue, hoy el equipo tiene 4 meses, creamos un muy buen ambiente, mucho calor humano, calidad de personas, todos empujando hacia una misma dirección, sin envidias, compartiendo cierres, creciendo poco a poco todos. No voy a negar que me dio mucho miedo invertir en una oficina a mitad de una pandemia, pero algo siempre tengo claro, y es que no hay negocios exitosos, sino personas exitosas.
Prensa: Peruvirtual.net